viernes, 11 de junio de 2010

Creo que empecé a ver la vida con otros ojos y me parece es peor que antes, ahora pocas cosas me importan, simplemente porque necesito pocas personas en mi mundo, tengo claro lo que quiero ser y soy bastante más fría y cerrada que antes. Antes era algo indecisa y poco clara con lo que quería, pero hace algunos pocos días comentarios que me fueron llegando hicieron que cambiara mi forma de pensar, de ver las cosas y a los demás. Me dí cuenta que ya no vale la pena darle importancia a nada de eso, que muy pocas personas merecen mis explicaciones.
Entre toda la mierda que nos rodea, la primera es no valorarse ni explotar las capacidades que tenemos, siempre mirarnos en menos y nunca permitirnos brillar, la segunda es dejarse llevar por cualquier comentario o tratar de desmentir lo dicho, eso te hace perder el tiempo, mejor dejar que hablen de vos, que te hagan conocido y cuando camines reírte, mirar con una risa cínica y fría a tus enemigos, ser sociable y astuto, pero jamás dejarse intimidar, nadie es mejor que uno, nadie puede contra vos, nadie tiene tus capacidades, nadie te puede hacer pensar diferente, nadie te puede remplazar ni mirar como si fueses menos y si te miran así ¿qué importa? ¿en qué afecta eso?, el común de la gente sabe lo que hace, la gente quiere vivir en mentiras, en cosas falsas que no le hacen bien, quieren alegría falsa y barata, felicidad ficticia, esa felicidad que los autoconvense de que son felices, pero al menos una vez a la semana los hace dudar de todo lo que viven. ¿Quién quiere eso? yo por lo menos no quiero eso, quiero conseguir lo imposible, quiero ser la protagonista principal no el mero observador, eso es para los miedosos y mediocres, que se conforman con poco. Yo en esta etapa no le tengo miedo al miedo. ¿Qué mas puedo decir? es entretenido dormir mientras llueve, es entretenido ver caer a los enemigos, reírse de los que se reían de vos y ni siquiera gracias a venganzas, sólo dejando que el tiempo actúe.
Literalmente “tu envidia hace mi fama”.

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