domingo, 11 de julio de 2010
Yo, que creí saber tanto al respecto a las relaciones amorosas, últimamente, sin querer y sin darme cuenta, en medio de un amor y otro, observando mis experiencias, mis aciertos y sobre todo mis errores, noté que con respecto al amor, me falta APRENDER, ENTENDER, CAMBIAR, CORREGIR, ACEPTAR y MEJORAR.
Tengo que APRENDER que enamorarme no es obsesionarme ni irme a los extremos.
Tengo que APRENDER que no tengo que poner toda la motivación de mi vida en una persona.
Tengo que ENTENDER que no hay que rogar amor y que una relación de pareja no es para vivir angustiada.
Tengo que ENTENDER que si pretendo tener una relación medianamente seria, tengo que comportarme como quiero que el otro lo haga.
Tengo que ACEPTAR que en el amor, como cualquier otra cosa en la vida, existen los tropiezos, las caídas, los dolores y el miedo, que dificulta más las cosas.
Tengo que APRENDER que no es bueno idealizar a nadie. Porque todos somos humanos, y no puedo esperar de esa persona más de lo que puedo esperar de un ser humano.
Tengo que APRENDER que es bueno ser como soy, siempre y cuando eso no implique desvalorizar o no respetar a la persona que tenga al lado.
Tengo que ACEPTAR que en algunos momentos es necesario pasar por un gran dolor para conocer una gran felicidad.
Tengo que ACEPTAR que el sentir algo hoy, no implica que lo sienta mañana y así como me permito disfrutar también tengo que permitirme llorar, ya que el dolor es parte de la vida, al igual que el placer.
Tengo que ACEPTAR que los planes pueden desaparecer en un instante, porque el futuro se mueve como él quiera y no como a mi se me antoje. Si el futuro me permite hacer algunas cosas sobre él, tengo que estar lamentándome por todo lo que pude hacer.
Tengo que ACEPTAR que alrededor del amor, la sociedad creó muchas cosas que son un fraude. Si la vida me demuestra que aquello en lo que puse mi corazón es una mentira, tengo que aceptarlo; llorándo, desahogándome y renaciendo como una nueva persona que voy a ser.
Tengo que MEJORAR mi auto estima: para que si alguien que quiero se va no me haga sentir despreciada, para no ser tan sensible al abandono, para no herir mi ego, para no terminar creyendo que me dejaron por fea o por tonta, para aceptar simplemente que funcionó el tiempo que tenía que funcionar, para no arrastrarme a los pies de nadie.
Tengo que ACEPTAR que a quien le gusto hoy, no es seguro que le guste mañana, y que eso no tiene porque ofenderme.
Si acepto que a veces las personas no pueden dar más, si acepto que quien está conmigo tiene derecho a no estarlo, si acepto que a quien amo tiene derecho a tomar sus propias decisiones, auque a mi no me gusten.
Tengo que RECORDAR que a veces, lo bueno se obtiene esperando y presionando se arruina. Por eso es necesario tener paciencia, esperar tranquilamente y RECORDAR que la impaciencia es producto de un impulso emocional que ya va a pasar. Que la impaciencia asfixia a quien esté conmigo, que la presión se puede convertir en falta de respeto, que tomar una decisión mientras estoy impaciente es peligroso, porque estoy en un estado emocional extremo y fuera de toda objetividad, y ahí no va mi verdad, sino mi impulso y seguramente sería algo de lo que me arrepienta. Además si no soy paciente voy a ver como sufrimiento el tiempo que estoy en espera.
Tengo que APRENDER a no ser posesiva. Que alguien se vaya no es perder a una pertenencia que a mi me gustaba mucho. Mi chico no es mío, es prestado y "su dueño" tiene derecho a llevárselo cuando quiera. Y auque "ser dueño" de alguien me de más seguridad que tenerlo prestado, tengo que entender que es una ilusión, que auque crea que es mío, no lo es, por lo tanto: no puedo decidir sobre la vida de quien esté conmigo, no puedo esperar a que haga sólo lo que yo quiera, no puedo controlarlo, manipularlo, adueñarme de él ni controlar su destino. No tengo que reclamarle a la vida porque me sacó lo que me prestó.
Pero sobre todo, TENGO QUE APRENDER QUE NUNCA VOY A DEJAR DE APRENDER, y mientras sigo aprendiendo, tengo que permitirme VIVIR Y SENTIR. Y ahora, que me empiezo a recuperar de los dolores que sufrí gracias a que ni siquiera había aprendido que había mucho que aprender, lo único que me queda es dar un suspiro y decirme a mi misma..
¡Volvamos a empezar!
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